Cuando nos mandaron a hacer “obra social” a Llanavilla, al comienzo fui porque me dio la curiosidad de saber que era hacer una obra social. Sin embargo a lo largo del tiempo, me comencé a encariñar con los chicos del colegio, sin embargo, consecuentemente me iba encariñando, los iba conociendo, a ellos y a sus duras historias, nunca olvidare el dia en que Carlitos me saludo, diciéndome: “Me llamo Carlitos, porque a mi hermano lo atropellaron, murió y él se llamaba asi”, sin embargo, cuando me dijo eso, considerando yo, que ninguno de nosotros podría decirlo con la tranquilidad que él lo dijo, tenía una gran sonrisa en el rostro, quizás porque aun no comprendía o bien porque la felicidad de él no dependía de eso. Continuando asi, a lo largo del año, mi ladrillo para el proyecto ha cambiado en dos oportunidades, pues al comienzo era dar lo mejor de mí en el proyecto, porque aun no encontraba el verdadero sentido y gusto, sin embargo, como ya lo mencione, al conocer las historias y a los propios chicos, me di cuenta que mi verdadera misión o ladrillo, era enseñarles que aun asi sea el mas fuerte golpe de la vida, hay que sonreír y seguir adelante, relacionando esto con la breve historia de Carlitos, pues aun asi sea la época mas difícil, la familia mas difícil o los problemas mas difíciles, lo importante es saber que alguien te esta cuidando. Finalmente, puedo decir que ellos sembraron mas una enseñanza en mi que yo en ellos, pues si bien yo trato de ayudarlos con lo mejor de mí para poder hacerlos felices aunque sea por unas horas, ellos sembraron en mi, que ninguna situacion es difícil, pues si ellos, niños de 8 y 9 años pueden, todos podemos.
Ciudad de Dios, un lugar en donde enseñar y aprender.
Tras casi un año yendo a hacer un pequeño apostolado a un colegio en llanavilla, me soy cuenta que he aportado algo, que he influenciado de forma positiva en la vida de no solo una persona, sino de muchas personas; y que mejor si son niños, ya que ellos son el futuro de nuestro país para que este se forme con personas con una educación muy buena. Además esto hizo que los sábado que yo realizaba este apostolado no sea un sábado cualquiera, sino sea un sábado productivo, donde puedo dar el tiempo, el esfuerzo por otra persona en vez de conmigo mismo. Debido a esto me puse a pensar, ¿Por qué no lo he hecho antes? Esto era debido a que antes solo pensaba en mí mismo, en lo me favorecía y me gustaba hacer, no importaba si perjudicara a una o dos personas, con tal de que yo este cómodo estaba bien. ¿Qué te enseña Ciudad de Dios?, te enseña a formar una comunidad de hermanos, donde cada uno de los miembros de ese grupo se ayudan, se apoyan y no dejan de lado a ninguno. Esto demuestra la madures y el progreso de una comunidad, donde el centro de esta es Dios. Teniendo en cuenta esto cada sábado que iba a este hermoso l y humilde lugar llamado Llanavilla, iba con esa mentalidad, de formar una comunidad de amigos. Si bien enseñaba a niños de 2do de primaria, la amistad se encontraba en todo momento y eso donde me entusiasme el doble todavía de enseñar matemáticas, para así formar a niños que vean este curso como algo sencillo que requiere de esfuerzo y dedicación, pero que no lo vean como un terror o algo imposible. Esto me hizo reflexionar mucho, ya que debía aplicar una forma de enseñanza en que todos se unan y no se separen, así formando grupos mixtos, si bien al principio y la mayoría de vece son funcionaba, me daba cuenta que aunque sea se hablaban o jugaban juntos y eso me parecía suficiente, ya que veía no solo una amistad entre todos, sino una comunidad que iba de la mano el día a día. Mi ladrillo en Ciudad de Dios se basa en eso, formar una comunidad entre estos niños, donde todos se ayuden en este curso de matemáticas, así viendo este curso como un reto que todos juntos debían de cumplir, de modo que así me siento satisfecho de todo el recorrido que he tenido junto a los niños de este centro educativo.
Mi ladrillo de CdD en este año, más que enseñar Matemática a los niños de Llanavilla, creo que sería la enseñanza reflexiva o la pequeña trascendencia que he creado en sus vidas.
Hubo una vez en que dos niños se estaban peleando en clase, uno que molestaba y el otro solo le respondía; al notar que no podía calmar al atacante traté de hablar con el otro, estaba molesto y resentido. Le hablé sobre perdonar a tus compañeros, por más que no te lo digan ellos se arrepentirían algún día, me escuchó y prestó atención a la clase. El otro al ver que no podía molestarlo empezó a ver la clase. Creo que en ese momento el pequeño reflexionó sobre lo que le estaba diciendo y por eso pudo tranquilizarse y seguir con lo suyo sin importarle su compañero.
Otra vez al inicio del año había una niña que nunca participaba en clase y que no hacía los ejercicios, me preocupé mucho y siempre andaba cerca de ella intentando ayudarla a que participara, sus amigas me dijeron que era muy tímida y casi nunca hablaba durante clases. Eso me motivó a molestarla un poquito para que tomara notas en clase y para que atienda, parecía que por lo menos en esos momentos le molestaba y por eso me hacía caso, luego de eso ella también comenzó a molestarme y nos reímos juntas. Después la semana siguiente la vi abrazando a uno de mis compañeros de otro salón, luego corrió y me abrazó también; me sentí feliz de haber podido sacarle la timidez y que pueda expresarse cómo se siente y con una sonrisa en la cara.
Creo que de esa manera he trascendido un poco en la vida de estos niños, no pido que me recuerden a mí pero quisiera que esas cosas las recuerden y las lleven consigo hasta que sean mayores. No he vuelto a ver a la pequeña y espero que siga siendo así, que no se cierre y siga sonriéndole a todos los que la rodean.
UNOS CUANTOS LADRILLOS POR LLANAVILLA El participar en este proyecto aún no lo entendía a inicios de este. Aún recuerdo cuando visité al profesor Piero pidiéndole visitar la Casa de la Paz sin haberle avisado con la excusa de que necesitaba una bitácora. Y, entonces dijo: ‘’No puedes ir porque no has avisado. ¿Y, quieres ir a la Casita tan sólo por eso?” El profesor había entendido e intentaba hacerme entender que no íbamos sólo a enseñarles matemática a los chicos. El enseñar significa que hay una persona omnisciente que en este caso conoce todo el tema que se enseña. Por lo tanto, no creo que lo que nosotros hicimos fue enseñar matemática o algo en los chicos. Sino que, va más allá, va al lado de aprender y enseñar al mismo tiempo. Nosotros hemos educado nuestros chicos. Tal como decía nuestro patrono y Doctor de la Iglesia Católica, Agustín: “La educación es una tarea de Amor” San Agustín. Y, es que al educar no consiste en que nosotros enseñamos; también aprendemos. También los niños nos han enseñado y mucho. Mucho más de lo que nosotros les enseñamos. Para cumplir esta educación necesitábamos esa Caridad y ese Gozo de Amor; del corazón de Cristo. “Aunque el alma sepa de ella puede estar más adentro” San Juan de la Cruz. Lo hermoso de un voluntariado social como este proyecto, es que nunca se deja de aprender . Es lo que dice San Juan de la Cruz. Siempre podremos acercarnos más y más a Jesús. Porque si dejarnos de acercarnos a Él nos alejaremos. Dentro de los pilares agustinos veo los siguientes: - Trascendencia: El visitar a los pequeños de Llanavilla impulsa en mí aprender cada día algo más, en educarnos en Comunidad. Y, sobre todo de los niños porque el corazón de estos es “manso y sano”. - Internacionalismo: Considero que a este paso, a través de la educación podemos conocer mejor a las personas. De tal manera, haciendo Interdisciplinariedad con BdV : ¿De qué manera podemos afirmar que si no nos amamos a nosotros mismos, podremos amar a otros? La respuesta es obvia. No podemos amar realmente al prójimo ni sabremos cómo amarlo. Jesús dijo: “Amarás al prójimo como a ti mismo” Si no te amas. ¿Cómo amarás al prójimo?
Yo y mi grupo conformado dejamos un Legado en CdD: Consideramos unas clases más didácticas y menos teóricas. Hemos impulsado que la educación es Amor: y el Amor consiste en salir de la orilla. Hemos sentido con la Iglesia y el Mundo: Hemos creado en los chicos una costumbre: Rezamos cada sábado y promovemos el Evangelio del Domingo debido a que, un Padre me brinda el Evangelio. Y espero, que podamos realmente decirle a los chicos de Tercero de Secundaria la bendición de llevar a cabo este proyecto para que, sepan cómo dejar también su propio legado.
No todo está perdido cuando puedes ver en el rostro de un niño su magnífica sonrisa. Hace 7 meses en el curso de Ciudad de Dios, nos asignaron a todo mi salón 4to B ir al colegio Santa Rosa de Llanavilla a enseñar el curso de matemáticas. Al principio no me gustaba la idea de ir los sábados cada dos semanas a enseñarles, principalmente porque me gusta muy poco ese curso. Me escogieron como coordinadora de primer grado y grupos anteriores de otros salones me decían que eran muy traviesos y que no sería nada fácil capturar su atención para hacer las clases. Si bien era cierto que al principio no era nada fácil hacer que me escucharan y se tranquilicen, con la ayuda de mis compañeros lo logré. Nosotros no hemos sido ni los primeros ni los últimos en reflexionar, pensar y dar posibles soluciones y concepciones sobre la educación, es por eso que siempre es conveniente y sano aprender de los demás, para darse cuenta que nosotros somos capaces de lograr lo que nos proponemos, en este caso trascender de manera especial en los niños de Llanavilla. Cada sábado que iba intentaba acercarme más a ellos, conversándoles, jugando con ellos y haciéndoles sentir seguros cuando me contaban sus cosas. A lo largo de esos días visitándolos y compartiendo con ellos me di cuenta que estaba muy equivocada al quedarme con las críticas que me decían y que simplemente tienes que hacerlos reír para que te muestren esa magnífica sonrisa que hace que te motive para hacer de tus clases las mejores. Esto ha hecho cambiar mis objetivos, la manera de ver a los más pequeños pensando de desarrollar los aspecto sociales y afectivos, a verlos como personas activas y protagonistas de su propio desarrollo, personas a las que se les escucha y se les favorece su potencial para que sean ellos los propios descubridores de su mundo. Ahora cada semana que llego todos me reciben con una sonrisa enorme. Ellos fueron mi ladrillo, sus sonrisas fueron motivo suficiente para entregarles todo de mí a través de mis clases. Gracias a eso puedo decir que todos los sábados que comparto con los pequeños, son hermosas experiencias, el hecho de que participen voluntariamente, que los motive a no distraerse y lo mejor, lo que me hizo entender como con actos de amor y de esfuerzo puedo trascender en ellos, de que por una simple clase de matemáticas, pueden sacar una enseñanza de vida, una reflexión.
No solo un colegio sino una institución de aprendizaje y amor Cuando me entere de que tendríamos un curso llamado “Ciudad de Dios” y que mediante este haríamos un tipo apostolado pero a la par obligatorio porque teníamos que hacer bitácoras sobre eso, pues, mi primer pensamiento fue que debía cumplir con este curso que será fácil y salir bien en las notas. Al pasar ya casi un año me di cuenta hace poco de que al comienzo iba porque era una obligación pero al pasar del tiempo ya no lo veía como una obligación sino que de verdad ayude en algo a estos niños de 2 de primaria, tal vez en su educación porque les enseñamos de una manera más didáctica matemática o tal vez también en su desarrollo como persona. Generando así que los sábados no solo me levante por la obligación o por las ganas de ir a confirmación sino que debía ir a llanavilla y que sabía que niños con más problemas que nosotros y que estarían dispuestos a escucharme estarían ahí esperándome. Esto sinceramente me llenaba de alegría que al verlos me abracen y me digan ¿porque faltaste tanto tiempo? Cosas así me motivaban a que a la otra visita vaya con más ganas aun que la anterior. Por todo esto es que puedo decir que mi ladrillo no solo fue simplemente enseñar sino que también forjar a mejores niños que serán el futuro de nuestro país mediante el cariño, paciencia, esfuerzo y sudor puro. Así mismo no solo era un profesor más al cual le hacían caso sino como un amigo en el que puedan confiar ya que algunos me contaban sus problemas porque me interesaban cuando estaban de mal humor o tristes; yo estaba totalmente dispuestos a escucharlos y a darles consejos, eso lo sabían ellos ya que ángel me conto que su papa le había pegado alguna vez, Patrick de que tenía problemas familiares. Además influí en su pensamiento el cual era que los hombres y las mujeres separados ya que hacíamos grupos mixtos y que también cuando hay alguien nuevo no debemos discriminarla porque no sabe de qué estamos hablando ya que no estuvo presente en las clases sino que también la ayudemos y que se ponga al día. En conclusión me gustaría decir de que no solo soy un profesor más que va por su colegio sino que trascendí y trascenderé hasta mi última visita porque di todo de mí, estuve siempre a su disposición, fui un profesor con muchos defectos por supuesto ya que no era muy paciente pero aprendí a ser más paciente con ellos, a la par aprendí a nunca rendirme, ya que podía venir cansado pero ellos siempre estaban con ganas de aprender. Por otro lado cambie un poco sus pensamientos erróneos y que aplique algunos pilares en mi clase como la interdisciplinariedad al jugar juegos en los que implicaba ejercicio tanto físico como mental, además de que experimente experiencias de ciudad de Dios como organiza actividades ya que soy una persona bastante activa que estuvo organizando algunos juegos, etc. Finalmente trabajo en comunidad, ya que siempre nos reuníamos para hacer las clases y a la par sin ella todas las visitas no hubieran salido tan bien organizadas e idóneas para los niños como usualmente salía.
Me gustaría empezar este texto con una frase de nuestro querido san Agustín que viene a ser “La educación es una tarea de amor”, si nos damos cuenta esta es una frase muy pero muy cierta, ¿Quién de nosotros no se ha sentido ignorado por un alumno en CdD? ¿Quién de nosotros no se ha puesto a pensar cómo se sentía el profesor cuando le hacíamos lo mismo en clase? ¿Ponerse en los zapatos del otro cambia tu perspectiva no? ¿Te das cuenta que lo que hace el profesor no es fácil? ¿Te has puesto a reflexionar lo mal que has hecho al ignorar a tu profesor alguna vez?
Es así como Ciudad de dios me ha dejado de enseñanza esto, ponerse en los zapatos del otro y empezar a comprenderlo, y como así Ciudad de Dios te da, tú también has tenido que, pero entonces te preguntaras ¿Qué dí de mi parte a Ciudad de Dios? ¿Cuál fue mi ladrillo en Ciudad de Dios? En mi opinión pienso que mi ladrillo de Ciudad de Dios se puede dividir en 2, el primero vendría a ser dentro de ciudad de Dios y el segundo fuera de este.
Centrándonos en el primer punto, pienso que al principio mi único objetivo era aprobar el curso, sin embargo empezó a pasar el tiempo, empecé a volver a Llanavilla y así empecé a encariñarme de cada niño, y poco a poco me di cuenta de que yo iba a Llanavilla no por una bitácora, o por cumplir, o para aprobar el curso, o para enseñarles matemáticas a esos niños; me di cuenta de que yo ya iba a ese lugar porque ya había formado una relación con alguno de esos chicos, ya ellos era nuevos amigos y como tales se merecían que su otro amigo este presente. Es por eso que puedo concluir en este primer punto que, mi ladrillo (en este caso) fue formar un vínculo de confianza y de amistad con los niños (ya que con cada uno tenía una amistada y confianza, a tal grado que me contaban alguno de sus problemas)
Por otro lado y fuera de CdD, pienso que mi ladrillo fue trascender e incentivar a los siguientes educadores (1, 2 y 3 de secundaría), ya que tengo amigos en esos grado que me preguntaban acerca de CdD, y lo único que yo llegaba a responder era: “es maravilloso, te encantara cuando te toque” (TRASCENDENCIA). De otra manera tenemos la trascendencia de este curso en otros cursos como informática (donde nos dejaron como tarea hacer una aplicación sobre ciudad de dios), matemática (nos tocaba enseñar matemáticas, este curso estaba más que presente, Gestión y Empresa (cada vez que vendíamos, nosotros decíamos que era para ayudar al proyecto de CdD) y el de español (nos enseñaron técnicas para ganar la atención del público en alguna que otra exposición) (INTERDISCIPLINARIDAD)
Para resumir, mis ladrillos fueron los de trascender e incentivar a los sucesores y el de obtener confianza con los niños.
Mi Ladrillo en CdD, Ladrillo que construye mi vida.
Este año tuve la oportunidad de ser parte de una gran comunidad que busca trascender positivamente tanto en torno a su labor como profesor como también en el modo de educar a estos alumnos. Esa comunidad es Cuarto “B”. Mi papel o mejor dicho ladrillo dentro de esta comunidad tuvo ambas facetas que realmente hicieron que mi vida se reafirme. Pues marcaron mi vida realmente. A continuación les hablaré de estas dos fases. La mayoría de nosotros al inicio de clases pensábamos que nuestro propósito en LLanavilla iba referido a enseñar un curso que en este caso era matemática. Y al comenzar con esta mentalidad veíamos las visitas como una obligación o como algo que te generaría una nota. Mas durante el transcurso de las clases nos fuimos dando cuenta que no íbamos solo para enseñar matemáticas; pues estos niños ya sabían sumar, restar, multiplicar, dividir y muchas otras cosas, se podría decir que lo único que hacíamos era hacerles un refuerzo de todo lo aprendido y esto n era lo que necesitaban, porque realmente necesitaban estos niños era pasar tiempo con personas que se preocupen por ellos y que los puedan ayudar en cualquier necesidad que puedan tener. Bueno yo podría afirmar que ellos también han trascendido en mí; pues han hecho que yo desarrollé habilidades y sensaciones como la paciencia y la tolerancia al momento de estar constantemente escuchándolos y aguantando ciertas actitudes suyas; también el liderazgo y la sociabilidad como tal vez se halan dado cuenta yo no soy una persona muy sociable de hecho me cuesta mucho establecer conversación con personas que no conozco, mas en el salón de clase tuve más allá de integrarme con ellos tuve que hacer que todos ellos se integren, de manera que tuve que formar una comunidad con liderazgo y responsabilidad. De hecho en Llanavilla cambie en muchos aspectos (de modo positivo) pues deje de ser tan egoísta y de pensar solo en mí pues cada sábado que tocaba visita tenías que dejar de hacer muchas cosas por asistir, lo cual a lo largo dejó de ser un fastidio o una obligación y se convirtió en algo deseado, esperado y que te llenaba de alegría; y una vez que llegabas a dictar tu clase tenias que dejar de lado todos los problemas y enfocarte en tu propósito en este lugar que en mi opinión es educar, formar, enseñar y trascender. Antes cuando un profesor expresaba que nos quería a todos, yo no entendía como podía quererme pues no hablo mucho con los profesores y me resulta algo complicado comprender que puedes llegar a sentir cariño por alguien con la cual no sueles hablar. Sin embargo en Llanavilla me di cuenta que esto es completamente cierto, pues yo al igual que muchos de mi comunidad, llegamos a querer a todos nuestros alumnos por mas que no hablemos mucho con todos, como es el caso de mi alumno Patrick o Ángel con los cuales no entallezco mucha conversación pero igual los quiero mucho. Y yo puedo comprobarles este amor a través de los miles de emociones, sentimientos y sensaciones que ellos hacen que tenga yo y que yo tengo con ellos, como es la preocupación que siento para saber qué estén bien, que aprendan, que se sientan bien y que sean felices. La verdad es que hasta el momento no se qué voy a hacer cuando tenga que dejar de visitar a Llanavilla. Concluyendo podría decir que mi ladrillo fue más allá de enseñar el curso de matemáticas, fue ser parte de una comunidad que busca trascender positivamente. D e la misma manera
Al principio cuando nos explicaron cómo íbamos a realizar nuestro proyecto de Ciudad de Dios que en el caso de mis compañeros del aula fue Mi Mate, el profesor Daniel Yalta me seleccionó a mi compañera Saori y mí para enseñar algo distinto del resto, que no era un simple curso de matemática sino más bien una clase de dinámicas de juego de ingenio que se llamaba RETO que consistía en 4 momentos: Resolver, Escuchar, Trabajar y Organizar. En ese instante, al saber que fui seleccionado para dictar un curso distinto me emocione por lo que las veces que iba al colegio de Llana Villa no fue por una bitácora ni por una nota, sino fue más bien iba por los niños y por esas sensación que tenía una misión en el mundo, aunque al principio pensé que iba a enseñar estilo clase del colegio, pero me entere que al final fui un ayudante del profe como mi compañera Saori, los alumnos de quinto de secundaria y lo ex alumnos. Pero no importo porque me divertía ayudando a algunos niños a resolver los juegos también podía interactuar con ello por medio de las dinámicas que hacíamos antes de empezar la clase pude conoces más a fondo a tres niños: Carolina, Joel y el delegado del salón.
Sin embargo, a mitad del año, el profesor ya no pudo participar de Ciudad de Dios por motivos desconocidos, por lo que tuve que enseñar Mi Mate con Saori y con Ricardo que fue un nuevo miembro. Por lo que fue un gran reto hacer una clase de matemática de a tres y peor aún con el retiro de confirma tuvimos que hacer una clase de a dos. Bueno, en el transcurso de todo el año tuve muchas experiencias agradables como d que sería divertirme mediante las dinámicas y juegos, conocer a los niños a más a fondo y conocer las distintas realidades del país. También me sirvió para madurar mi forma de ser al poner en los pies de un profesor por lo que ahora aprecio más a ellos. Asimismo, me sirvió para ser más paciente porque cada vez que le enseñas a niños menores que tu edad siempre tienes que repetirles varias veces una indicación para que te puedan hacer caso.
Por lo que opino que mi ladrillo de Ciudad de Dios no fue simplemente dictar una clase sino fue trascender a los alumnos como ellos trascendieron en mí. Un ejemplo de ello, sería que un niño no quería realizar al principio los juegos de ingenio porque él pensaba que le íbamos a enseñar una simple clase de matemática pero cuando se enteró que íbamos a jugar juegos de ingenio, cambio totalmente y empezó a participar más. Asimismo, los niños como Joel y Carolina cuando tuve la oportunidad de trabajar con ellos, pude apreciar en ellos trabajaban en comunidad porque se turnaban y cuando tenían una duda yo les explicaba más a fondo para que pudieran resolverlo, pero lo más importante no fue ello sino que al conversar con ambos sobre el niño que no quería participar al principio me contaron que él en los recreos mientras que todos jugaban fútbol él se quedaba en el salón; también pude notar que al él no lo recogían de la escuela, por eso pude comprender más a ese niño porque nosotros tanto los ex alumnos como yo cuando conversamos con él por su actitud y no nos hacía caso, éramos pacientes; hasta que luego por su propia voluntad decidió trabajar y participar como los demás niños.
Ese fue mi ladrillo en Ciudad de Dios trascender a los alumnos de quinto y sexto grado de primaria como ellos trascendieron en mí. Por lo que en el transcurso del año, esos niños me alegraron cada sábado que tenía la oportunidad de ir, simplemente con dictar unas horas una clase de RETO o Mi Mate.
A comienzos del año pensé “Ay pucha! Que fastidio, este año me toca Cuidad de Dios” porque previamente me habían contado de que el curso era un poco pesado y también que a nadie en la faz de la tierra le gusta perder su tarde del sábado en actividades del colegio. Y para ser sinceros detesto las actividades extras ya que soy muy mala en organización y todo eso. Así le tome el lado bueno a las cosas y me dije “será un curso fácil” pero no, no lo es y se los puedo asegurar a tal punto de decírselo a los demás porque es muy difícil que no te involucres con los niños puesto que son las cositas más tiernas del mundo y te tratan como si te conocieran de toda la vida y de pronto te haces la pregunta más idiota de todas “¿Por qué son así de buenos conmigo si saben que vengo por un curso?” Y comprendí que a ellos no les importa que tu estés con ellos aunque sea un solo ratito, lo que les importa es despejarse de lo que tienen a su alrededor ya que tienen tantos problemas, que son incontables para ellos que son unos niños que no tuvieron la culpa de nada. Al mismo tiempo comprendí que ellos no toman, en sí, esto como un curso que se les da sino como un tiempo para divertirse con amigos y pasarla bien. Personalmente, considero que ellos fueron conmigo unos verdaderos amigos en comunidad y no yo con ellos porque me tuvieron la confianza necesaria con una simple extraña y al mismo tiempo, fueron unos solidarios con la sociedad agustina al permitirnos entrar en sus vidas y relacionarnos con ellos con tanta facilidad y fraternidad.
Mi ladrillo este año en Ciudad de Dios fue liderar con amor, cariño y respeto. En muchos colegios de Lima, de cualquier provincia, o ya sea de cualquier parte del mundo, hay muchos profesores que exigen de mal carácter a sus alumnos a cumplir con tareas, o estudiar, o etc de cosas. Sin embargo, nunca se percatan de que ellos responderán bien al profesor, con una gran actitud positiva si es que se les trata con buen carácter, enseñandoles con amor, cariño y respeto. En mi caso, este año a mi y a mi grupo nos tocó liderar y enseñar matemáticas a un grupo de chicos de segundo grado de primaria. Al principio, les enseñaba normal, sin odio ni amor, pero con el paso del tiempo, me fui dando cuenta de las cosas. Me di cuenta de que enseñando con estos aspectos, podría ganarme amistades grandes y confianza de personas que tengan algunos problemas. Por ejemplo, el caso que tuve con el niño Ángel. La mayoría de veces, se portaba mal, no hacía caso a las indicaciones que le dábamos, y siempre tenía cualidades agresivas en contra de sus compañeros, y de nosotros, los líderes o profesores. Sin embargo, me di cuenta de que ya era hora de que alguien hable con ese niño. Mis amigos lo intentaron, pero me di cuenta de que Ángel seguía con las mismas malas cualidades, hasta que decidí animarme a hablar con él. Al principio pensaba lo peor, que no me iba a hacer caso, y empeoraba la situación. Sin embargo, hablé con el y seguía con sus cualidades agresivas hasta conmigo, pero me di cuenta de que es niño y que hay que educarlo con cariño. Pensaba que era imposible hablar con él, pero lo logré. Me di cuenta de los problemas que tenía, así que lo aconsejé y le dije algunas palabras que influyeron mucho en él. Después de eso, dejó de lado un poco sus cualidades agresivas, y empezó a hacer caso a las indicaciones. Este es un claro ejemplo de que siempre hay que mezclar algún tipo de enseñanza con amor, cariño y respeto, ya que sin estas cualidades, jamás se podrá ganar la confianza ni amistad de personas que sean difíciles de aclarar las cosas. Siempre hay que tener en cuenta estas cualidades, ya que con ellas, jamás habrá pierde.
Aprender a valorar Hace aproximadamente 8 meses empezamos con nuestro proyecto de Ciudad de Dios, este se trataba de ir al Colegio Santa Rosa de Llanavilla a darles clases de matemática a niños de 7 años, la verdad que al principio yo no me sentía augusta por el único motivo que no me gustan estar rodeada de niños muy pequeños, pero con el paso del tiempo me iba acostumbrando y les iba dando cariño a ellos. Por esto puedo decir que mi ladrillo de Ciudad de Dios aparte de ir a enseñarles matemática fue tenerles comprensión porque lo único que ellos quieren es cariño y que alguien les ponga atención ya que posiblemente tengan problemas en sus casas, además de eso ya no era una rutina que vengan y me abracen sino que sentías que lo hacían con amor más que todo era un sentimiento que ellos estaban identificando, otro ladrillo fue la experiencia de nosotros hacia ellos y de ellos hacia nosotros porque desde mi punto de vista a mí no me bastaba ir a darles clases y luego irme sino que iba más allá de eso, para que cuando les preguntaran ¿y quiénes eran ellos? ¿Qué hacían? No solo respondan tuvimos clases de matemática sino que digan me divertí mucho aparte de las clases también eran personas que te ayudaban, te sabían escuchar, te comprendían, etc. Por otro lado ellos también dejaron una experiencia en nosotros ya que hay historias en cada uno de los niños que te pueden marcar en tu vida, hacerte razonar para que no cometas el mismo error, algo que me acuerdo fue que un niño me dijo que a nosotros nos quería como sus hermanos mayores ya que el había perdido a su hermano mayor en un accidente y eso marcaba en mí el valor que le tienes que dar a tus hermanos porque posiblemente hay personas en este mundo que necesitan de ellas. Anaís Exebio 4ºB
BITACORA N° 1 ¿Cuál fue mi ladrillo en Ciudad de Dios este año? Inicio este relato con mis experiencias vividas, que constituyeron mi aporte de un granito de arena a la Ciudad de Dios, que hoy llamaré con fuerza, mi ladrillo en la Ciudad de Dios. Cuando escribo y recuerdo todas mis participaciones en las visitas a nuestros hermanos menores del colegio de Llanavilla, me late el corazón a cien por hora; en especial recuerdo con mucho cariño el 13 de setiembre pasado, que esperé con muchas ganas para poner en práctica lo planeado y aportar lo que se me había ocurrido sobre el aprendizaje de los niños, pues durante las visitas percibí que tenía que innovar algo en su beneficio, lo que compartí feliz con mi grupo de compañeros y puse en práctica como lo expreso líneas más adelante, pues al término los resultados fueron positivos. Conocerse, aceptarse y superarse. Cuando iniciamos las visitas a nuestros amigos de Llanavilla, me sentí como si no supiera que hacer, me pregunte: ¿Para qué estoy en este lugar, en qué podría apoyar?, y observé las dificultades que tenían los niños para resolver operaciones matemáticas simples, en tanto adecuadas a su edad. Así, me fijé la meta de lograr la superación de Piero, mi amigo de siete años, en quién volqué mi afecto y dedicación en explicarle cómo tenía que resolver sus operaciones matemáticas. Me sentí muy bien pues paulatinamente me dejaba entender en mi nuevo papel de profesor, experiencia que antes no había tenido. Me dije, debo dar más de mí y comprendí que tenía un ladrillo que aportar. Se compromete y esfuerza. Mi propuesta y acción, además de darme satisfacción hizo que me involucre plenamente con mi proyecto y propuesta en favor de nuestros niños amigos. Esta experiencia nueva y la felicidad que se tiene cuando te sientes útil, sobre todo con niños que tienen limitaciones, me hizo reflexionar y comprometer de corazón para seguir haciendo el bien, trascendiendo la eventualidad del trabajo aplicativo de la asignatura. Es bueno que además de cumplir nuestro trabajo para tener una evaluación, éste persista más allá de la tarea escolar y se proyecte socialmente como hijos de Dios; lo que constituye un esfuerzo de vida adicional que cumpliré en lo sucesivo, no solo con niños como los de Llanavilla, sino con quién lo necesite, pues todos debemos ser solidarios con el prójimo. De mi parte, ¡si puedo! Organiza actividades. Tuve la iniciativa de preparar material para llevar, consistiendo en sumas y restas ilustradas con dibujos en cartulinas de color, y golosinas como estímulo para enseñar. Cuando no lograba inmediatamente buen resultado, insistía hasta que aprendan y luego premiaba, mejorando su autoestima; lo que también hacía feliz a mis compañeros. Esta iniciativa fue recibida y practicada por mi grupo de compañeros de estudios, siendo los resultados buenos y yo me sentí ser mejor persona. ¡Qué bien se siente cuando das todo lo que tienes apretado en el corazón! Siente con la iglesia y el mundo. La misión que Dios nos da a cada uno de nosotros es compartir con el prójimo, ayudar a quién necesita, llevar una palabra, una caricia, no importa como sea el apoyo, lo importante es compartir, es dar más de lo que uno puede, es disfrutar haciéndolo, es hacer sentir bien al otro. Todos en este mundo tenemos una obligación moral y espiritual de compartir y seguir la palabra de Dios. Piero es aún niño, pero seguro seguiremos siendo amigos por siempre. Termino esta experiencia gritando desde el fondo de mi corazón, para futuros lectores de esta bitácora: Desde dónde estemos, no nos quedemos mirando sin hacer nada, sin aportar, porque cada uno de nosotros tenemos mucho por hacer; ¡no importa qué! Recuerda: ¡Lo que hagas con amor y haga feliz al prójimo te hará más feliz a ti y mucho más a Dios!
Marcelo Sánchez Sierra Sánchez 4° Sec “B” No se cuelgan 4 fotografias porque el blog no acepta
Cuando nos avisaron sobre el proyecto de CdD, la verdad es que no estaba emocionada, ya que no me gustan mucho las matemáticas. Luego de avisarnos el tema, me dijeron que iba a ser coordinadora y tampoco me emocionó la noticia pero lo asumi ya que no era algo individual, iba a ser por la comunidad de 4to B. Mientras que visitabamos a los chicos en Llanavilla, mi opinion iba cambiando, ya no lo veia como ir a dar clases y punto, sino que lo veia como ir a dar las clases e ir aprendiendo mutuamente con los niños. Esto lo pude reflejar en una visita, en la cual había un niño, llamado Piero que al principio no quería participar en la actividad y me hizo corretearlo por todo el lugar hasta atraparlo, cuando finalmente lo hice, me puse a hablar con el y me contó su "historia" y yo le conté la mía, nos conocimos mutuamente y siento que momentos como este son los que nunca se olvidan. Además de encariñarme con los niños y enseñarles cosas académicas como de valores,tuve un reto con mi salón. Al serla coordinadora, tengo un peso ya que represento a mi salón en el proyecto. Esto no fue fácil, admito que hubieron veces en las cuales ya no quería ser coordinadora pero hablando con mi tutor, me ayudo a no renunciar y seguir hasta el final de año. Siento que este trabajo además de ayudarme a interactuar con todo el salón ya que teníamos que organizar varias cosas, también me ayudó con los niños ya que mientras que les tomaba la lista, hablaba un poco con ellos, era una oportunidad para saber un poco más de ellos. Este proyecto me ha enseñado varias cosas que se que en un futuro me van a ser muy útiles, he podido mejorar como persona y esto fue gracias a los niños que nos reciben con una sonrisa cada vez que vamos. Proyectos como este son de los que no se olvidan y quedan grabados en uno para siempre. Mi ladrillo fue trascender en los niños como ellos trascendieron en mi, pude lograrlo con dos o tres niños y la verdad es que no me quejo ya que esas experiencias fueron únicas y gracias a este proyecto pude conocerlas y aprovecharlas. Por otro lado, pude conocer la otra realidad que no estamos acostumbrados a ver y ver que las personas no necesitan de lo material para ser felices, necesitan cariño, amor para realmente ser felices ya que eso no es algo pasajero.
A lo largo del año creo que mi ladrillo ha sido hacer reflexionar a los niños de Llanavilla, para así saber si están haciendo bien las cosas ya que cuando iba a enseñar me podía dar cuenta que los niños al principio no les importaba al igual que todos mis compañeros incluyéndome, creo que a ambos (alumno y profesor) al principio estas clases todos los sábados era solo ir y dar la clase e irnos y no saber más del tema, pero poco a poco nos íbamos dando cuenta que era todo lo contrario, consistía en enseñar con amor y que ellos aprendan participando o dando sus prácticas bien hechas. Una de las experiencias que recuerdo que puedan afirman que este es mi ladrillo fue cuando en plena clase una niña se me acerco y me dijo me puedes copiar lo que está en la pizarra en mi cuaderno y me quede sorprendida porque no puede ser posible que le diga a su profesora que le copie porque esa es la responsabilidad del alumno es por eso que mi respuesta fue no y creo fue justa porque si accedía a escribirle todo, ella no iba aprender nada porque un método de entender es también escribiendo lo explicado, tras lo ocurrido hable con ella después que haya copiado le dije ¿crees que lo que me has preguntado está bien? Y ella me dijo si, en ese momento supe que iba hacer difícil comprendernos pero no imposible, después que me digiera eso le respondí tú crees que está bien pero en realidad está mal lo que has hecho ya que esa responsabilidad no es mía sino es tuya mira como todos tus compañeros copian lo que está en la pizarra, ellos se preocupan, creo que tu deberías hacer lo mismo, tus padres se preocupan para que puedas tener una buena educación y lo peor que puedes hacer es no hacer nada y venir a clases solo para oír y calentar el asiento. Creo que en ese momento fui muy dura con ella pero sabía que estas palabras la iban hacer reflexionar y después de lo hablado iba a ser mejor persona atendiendo las clases y participando, todo tenía una razón, no por la puras le iba hablar así. Dicho y hecho después de hablarle de esa manera empezó a preocuparse más por las clases ahora preguntaba, esa satisfacción de tus alumnos aprenden se siente muy bien ya que te dan a ti como profesor más ánimos para seguir enseñando, eso me hace sentir bien y creo que a los demás también ya que la próxima clase puedes ir y preguntar sobre el tema anterior y ellos ya saben, eso te inspira más. Finalmente puedo decir que si tuve un ladrillo a lo largo del año hacer reflexionar a los niños de Llanavilla, deje una huella en la vida de Isabela y creo que eso nunca se lo olvidará y yo tampoco.
Psdt: Piero mi comentario estaba publicado en otro blog http://www.cddcuartob.blogspot.com/2014/09/la-discriminacion-en-el-peru.html#comment-form recien me di cuenta.
¿Cuál fue mi ladrillo en CdD este año? Cuando me preguntan esta pregunta me da gusto responderla, ya que el proyecto ciudad de Dios es más que realizar bitácoras, más que una nota, para mí particularmente es realizar un bien social, enseñar a esos pequeños que aún no conocen el mundo real y nosotros los jóvenes agustinos somos los encargados de realizar diferentes tipos de clases pero no cualquier tipo si no hacer esas clases sean divertidas, que los niños se sientan felices con las cosas que tratamos de enseñarles, por un lado en nuestro colegio nos han enseñado los pilares agustinos que son la base a nuestra educación y de esa manera nosotros debemos usar esas cosas como haciendo referencia a los agustinos que somos, como primer pilar está el de trascendencia que es la base de nuestra pregunta principal pero quisiera explicarles un poco de esto, a lo largo de nuestro año mi ladrillo se relaciona con la trascendencia porque de una manera u otra los niños aprenden las cosas que les enseño, deseo fomentar una idea de estudio constante pero que no sea aburrido sino interactivas, con actividades, juegos, etc. Realmente puedo afirmar que durante las últimas visitas a Llanavilla pude entender muy bien en lo que sería mi ladrillo, que eso se basaba en poder darles buena educación a los niños, interaccionar con ellos, ayudarlos en sus problemas, unirlos más como salón o como grado, enseñarles también el verdadero significado de la amistad, que aunque estén muy pequeños es mejor prepararlos antes que después, ya que luego se vendría con consecuencias. Por mí persona me caracterizo como una persona divertida, sincera, leal, pero en lo largo de este año las cosas que les explicaba a los niños, eran cosas que en algún futuro ellos podrían pensar que yo tenía buenas intenciones en explicarles diferentes temas que hayamos hablado. Como segundo pilar está el trabajo en comunidad, sin mis compañeros no hubiese logrado cumplir mi ladrillo propuesto desde un inicio del año escolar, esto es muy importante para mí, mi comunidad me ha apoyado siempre incondicionalmente, por los muchos problemas que se nos hayan presentado en el camino con los niños, supimos como pasarlos y seguir hacia delante ese era nuestro objetivo como comunidad. Tercer pilar agustino interdisciplinaridad, esto se debe a que usamos más de dos áreas de estudios y lo hemos aplicado dentro de nuestro proyecto agustino, pero continuando con eso siempre usamos otros áreas con el uso adecuado en cuanto los temas que utilizamos, de esta manera les sirve a los niños poder conocerse mucho más y expresarse con nosotros. Finalmente, creo por mí parte que el proyecto ciudad de dios más ha trascendido a mí que en los niños, ya que nunca había pensado en hacer estos tipos de cosas, pero al conocer bien a los niños, te dan ganas de nunca irte, te hacen sentir especiales cuando estas a su lado, apoyándolo en todo momento, eso fue mi ladrido en CdD.
Al comienzo de este año 2014, nos indicaron que mi salón cuarto “B” de secundaria le toco enseñar a los alumnos del colegio de Llanavilla el curso de matemática y nos separaron por grupos, a mí me toco enseñar a los alumnos de cuarto de primaria. Cuando fuimos por primera vez, siendo sincero solo fue por compromiso a mi grupo, para hacer mi bitácora, tener nota y perder el tiempo; aunque suena feo decirlo es la verdad. Sin embargo, a lo largo de las visitas al colegio de Llanavilla, comencé a sentir una sensación de ir no solo por compromiso, sino que ahora iba porque sentía que enseñar a los niños de Llanavilla, me enseñaba a ser más disciplinado en mis cosas y en ser más pacientes, ya que los niños no son muy tranquilos, uno de esos niños fue Carlitos, que me fui encariñando con él, ya que como es muy inquieto, tuve que estar siempre a su costado y como que al interactuar con él me di cuenta de que era muy inteligente, pero su problema es que es muy inquieto, algo parecido a mí ya que también soy muy inquieto. Así mismo puedo decir que el curso de Cuidad de Dios, me ha ayudado a crecer como, persona y también como alumno ya que al momento de enseñar, me pongo el labor de profesor y puedo sentir lo que sienten cuando los alumnos no le hacen caso
Aprender a distinguir lo que realmente importa En ciudad de Dios aprendí el gran valor que tiene a amistad para los niños ya que cuando iba y hacíamos dinámicas yo sabia que tenia que enseñarle algo a los niños que no seria específicamente las matemáticas, sino que debía ayudarlos a que pasen un buen momento, por lo menos en ese día me olvidaba de todas las tareas para poder darle un espacio a los niños de Llanavilla donde ellos me enseñaron a valorar a mis amigos con sus actos tan humildes en las clases y en sus descansos ya que ellos eran muy juguetones teníamos que sacarlos para que puedan divertirse y estar mas tranquilos para prestar atención a la clase. En una de las visitas, los niños estaban muy inquietos por lo que teníamos que sacarlos al recreo, en ese momento comenzaron a jugar con la arena y recuerdo que uno le hecho arena a su compañero y este se enojo por lo que ya no quería jugar con el y bueno yo fui a su lado a preguntarle como se sentía y el me dijo que un poco triste ya que le gusta jugar con sus amigos y yo le respondí que no se preocupara ya que su amigo se disculparía y que volverían a jugar normal entre ellos aunque la verdad no lo crea ya que muchos niños se resienten y se olvidan de lo que hacen pero después de un rato su compañero volvió para disculparse por lo que había pasado y bueno me lleve una agradable sorpresa al saber que a estos niños no les importan las peleas que pasen sino las disculpas que se den y sigan siendo amigos esto me ayudo a comprender lo valioso que es un amigo y lo importante que es saber cuidarlo y valorarlo por eso siento que estos niños me enseñaron y yo tambien pude enseñarles a ellos con la ayuda del programa mi mate que no solo me sirvió para enseñarles sino tambien para conocerlos y comprenderles a la hora de participar o saber el por que alguno son mas tímidos o por que otros son mas traviesos y es algo que tambien valoran estos chicos ya que así comprobamos que nos interesamos por ellos y que son importantes para nosotros y para el proyecto de Ciudad de Dios.
Al empezar con toda esta nueva experiencia de Ciudad de Dios pensaba que iba a ir a hacer tiempo en Llanavilla para después ganarme una nota de bitácora en CDD pero con cada visita me iba encariñando cada vez más con mi primer salón en donde enseñada a niños de tercer grado de primaria. Desde ahí me hice muy amigo de dos niños con los que trataba muy bien y aprendíamos jugando juntos y desde ese día mi intención nunca fue ir a enseñar conjuntos numéricos o ecuaciones, porque cuando todo esto acabe ellos nunca nos recordarían pensando:"¡WOW! que divertido 5x12 es 60 ¡INCREIBLE!". Sino yo quería que me recordaran como un amigo con los pasamos divertidos momentos no solo enseñando matemáticas sino también tratando de ayudarlos más allá de sus problemas académicos. Por ejemplo había un chico en la clase que no hablaba con nadie y se quedaba un poco aislado y yo me acerque a hablarle y después se sintió mejor y para la semana siguiente lo vi hablando con sus amigos del salón; Y también cuando el bus ya me estaba dejando y un chico no paraba de abrazarme para hacer que me quede un rato más. Creo que ese fue mi ladrillo en Ciudad De Dios.
Desde lo que pude entender, mi ladrillo en CdD fue poder enseñar y dar momentos felices a los niños de Llanavilla. Creo que, no solo para mi, sino, para todos no nos tomábamos en serio, al principio, las visitas porque significaba que perderíamos tiempo de nuestros sábados donde podríamos estar utilizando ese tiempo para descansar de las responsabilidades de la semana. Pero con el tiempo, muchos de nosotros empezábamos a hacer amistades con los niños y poco a poco nuestros deseos de ir a Llanavilla fueron más intensos. Puede notar también que al ponerme yo como profesor de matemática me hacia acordar a nuestros profesores que a veces los hacemos desesperar cuando no prestamos atencion, debido a que los niños de 1° grado eran muy revoltosos, sobre todo con los niños Johan y Piero que siempre buscaban pelearse como juego, así que aprendí a valorar la paciencia de los profesores. Espero haber dejado al menos una pisca de trascendencia en ese colegio, y que los niños que me conocieron me recuerden, no solo por ser profesor de matemática de los sábados, sino como alguien que siempre quiera apoyarlos.
Mi ladrillo, mi misión:
ResponderEliminarPor Rodrigo León Sh.
Cuando nos mandaron a hacer “obra social” a Llanavilla, al comienzo fui porque me dio la curiosidad de saber que era hacer una obra social. Sin embargo a lo largo del tiempo, me comencé a encariñar con los chicos del colegio, sin embargo, consecuentemente me iba encariñando, los iba conociendo, a ellos y a sus duras historias, nunca olvidare el dia en que Carlitos me saludo, diciéndome: “Me llamo Carlitos, porque a mi hermano lo atropellaron, murió y él se llamaba asi”, sin embargo, cuando me dijo eso, considerando yo, que ninguno de nosotros podría decirlo con la tranquilidad que él lo dijo, tenía una gran sonrisa en el rostro, quizás porque aun no comprendía o bien porque la felicidad de él no dependía de eso.
Continuando asi, a lo largo del año, mi ladrillo para el proyecto ha cambiado en dos oportunidades, pues al comienzo era dar lo mejor de mí en el proyecto, porque aun no encontraba el verdadero sentido y gusto, sin embargo, como ya lo mencione, al conocer las historias y a los propios chicos, me di cuenta que mi verdadera misión o ladrillo, era enseñarles que aun asi sea el mas fuerte golpe de la vida, hay que sonreír y seguir adelante, relacionando esto con la breve historia de Carlitos, pues aun asi sea la época mas difícil, la familia mas difícil o los problemas mas difíciles, lo importante es saber que alguien te esta cuidando.
Finalmente, puedo decir que ellos sembraron mas una enseñanza en mi que yo en ellos, pues si bien yo trato de ayudarlos con lo mejor de mí para poder hacerlos felices aunque sea por unas horas, ellos sembraron en mi, que ninguna situacion es difícil, pues si ellos, niños de 8 y 9 años pueden, todos podemos.
Ciudad de Dios, un lugar en donde enseñar y aprender.
ResponderEliminarTras casi un año yendo a hacer un pequeño apostolado a un colegio en llanavilla, me soy cuenta que he aportado algo, que he influenciado de forma positiva en la vida de no solo una persona, sino de muchas personas; y que mejor si son niños, ya que ellos son el futuro de nuestro país para que este se forme con personas con una educación muy buena. Además esto hizo que los sábado que yo realizaba este apostolado no sea un sábado cualquiera, sino sea un sábado productivo, donde puedo dar el tiempo, el esfuerzo por otra persona en vez de conmigo mismo. Debido a esto me puse a pensar, ¿Por qué no lo he hecho antes? Esto era debido a que antes solo pensaba en mí mismo, en lo me favorecía y me gustaba hacer, no importaba si perjudicara a una o dos personas, con tal de que yo este cómodo estaba bien.
¿Qué te enseña Ciudad de Dios?, te enseña a formar una comunidad de hermanos, donde cada uno de los miembros de ese grupo se ayudan, se apoyan y no dejan de lado a ninguno. Esto demuestra la madures y el progreso de una comunidad, donde el centro de esta es Dios.
Teniendo en cuenta esto cada sábado que iba a este hermoso l y humilde lugar llamado Llanavilla, iba con esa mentalidad, de formar una comunidad de amigos. Si bien enseñaba a niños de 2do de primaria, la amistad se encontraba en todo momento y eso donde me entusiasme el doble todavía de enseñar matemáticas, para así formar a niños que vean este curso como algo sencillo que requiere de esfuerzo y dedicación, pero que no lo vean como un terror o algo imposible. Esto me hizo reflexionar mucho, ya que debía aplicar una forma de enseñanza en que todos se unan y no se separen, así formando grupos mixtos, si bien al principio y la mayoría de vece son funcionaba, me daba cuenta que aunque sea se hablaban o jugaban juntos y eso me parecía suficiente, ya que veía no solo una amistad entre todos, sino una comunidad que iba de la mano el día a día.
Mi ladrillo en Ciudad de Dios se basa en eso, formar una comunidad entre estos niños, donde todos se ayuden en este curso de matemáticas, así viendo este curso como un reto que todos juntos debían de cumplir, de modo que así me siento satisfecho de todo el recorrido que he tenido junto a los niños de este centro educativo.
Mi ladrillo, más que solo enseñar.
ResponderEliminarMi ladrillo de CdD en este año, más que enseñar Matemática a los niños de Llanavilla, creo que sería la enseñanza reflexiva o la pequeña trascendencia que he creado en sus vidas.
Hubo una vez en que dos niños se estaban peleando en clase, uno que molestaba y el otro solo le respondía; al notar que no podía calmar al atacante traté de hablar con el otro, estaba molesto y resentido. Le hablé sobre perdonar a tus compañeros, por más que no te lo digan ellos se arrepentirían algún día, me escuchó y prestó atención a la clase. El otro al ver que no podía molestarlo empezó a ver la clase. Creo que en ese momento el pequeño reflexionó sobre lo que le estaba diciendo y por eso pudo tranquilizarse y seguir con lo suyo sin importarle su compañero.
Otra vez al inicio del año había una niña que nunca participaba en clase y que no hacía los ejercicios, me preocupé mucho y siempre andaba cerca de ella intentando ayudarla a que participara, sus amigas me dijeron que era muy tímida y casi nunca hablaba durante clases. Eso me motivó a molestarla un poquito para que tomara notas en clase y para que atienda, parecía que por lo menos en esos momentos le molestaba y por eso me hacía caso, luego de eso ella también comenzó a molestarme y nos reímos juntas. Después la semana siguiente la vi abrazando a uno de mis compañeros de otro salón, luego corrió y me abrazó también; me sentí feliz de haber podido sacarle la timidez y que pueda expresarse cómo se siente y con una sonrisa en la cara.
Creo que de esa manera he trascendido un poco en la vida de estos niños, no pido que me recuerden a mí pero quisiera que esas cosas las recuerden y las lleven consigo hasta que sean mayores. No he vuelto a ver a la pequeña y espero que siga siendo así, que no se cierre y siga sonriéndole a todos los que la rodean.
UNOS CUANTOS LADRILLOS POR LLANAVILLA
ResponderEliminarEl participar en este proyecto aún no lo entendía a inicios de este. Aún recuerdo cuando visité al profesor Piero pidiéndole visitar la Casa de la Paz sin haberle avisado con la excusa de que necesitaba una bitácora. Y, entonces dijo:
‘’No puedes ir porque no has avisado. ¿Y, quieres ir a la Casita tan sólo por eso?”
El profesor había entendido e intentaba hacerme entender que no íbamos sólo a enseñarles matemática a los chicos. El enseñar significa que hay una persona omnisciente que en este caso conoce todo el tema que se enseña. Por lo tanto, no creo que lo que nosotros hicimos fue enseñar matemática o algo en los chicos. Sino que, va más allá, va al lado de aprender y enseñar al mismo tiempo.
Nosotros hemos educado nuestros chicos. Tal como decía nuestro patrono y Doctor de la Iglesia Católica, Agustín:
“La educación es una tarea de Amor”
San Agustín.
Y, es que al educar no consiste en que nosotros enseñamos; también aprendemos. También los niños nos han enseñado y mucho. Mucho más de lo que nosotros les enseñamos. Para cumplir esta educación necesitábamos esa Caridad y ese Gozo de Amor; del corazón de Cristo.
“Aunque el alma sepa de ella puede estar más adentro”
San Juan de la Cruz.
Lo hermoso de un voluntariado social como este proyecto, es que nunca se deja de aprender . Es lo que dice San Juan de la Cruz. Siempre podremos acercarnos más y más a Jesús. Porque si dejarnos de acercarnos a Él nos alejaremos.
Dentro de los pilares agustinos veo los siguientes:
- Trascendencia: El visitar a los pequeños de Llanavilla impulsa en mí aprender cada día algo más, en educarnos en Comunidad. Y, sobre todo de los niños porque el corazón de estos es “manso y sano”.
- Internacionalismo: Considero que a este paso, a través de la educación podemos conocer mejor a las personas. De tal manera, haciendo Interdisciplinariedad con BdV :
¿De qué manera podemos afirmar que si no nos amamos a nosotros mismos, podremos amar a otros?
La respuesta es obvia. No podemos amar realmente al prójimo ni sabremos cómo amarlo.
Jesús dijo: “Amarás al prójimo como a ti mismo”
Si no te amas. ¿Cómo amarás al prójimo?
Yo y mi grupo conformado dejamos un Legado en CdD:
Consideramos unas clases más didácticas y menos teóricas. Hemos impulsado que la educación es Amor: y el Amor consiste en salir de la orilla.
Hemos sentido con la Iglesia y el Mundo: Hemos creado en los chicos una costumbre: Rezamos cada sábado y promovemos el Evangelio del Domingo debido a que, un Padre me brinda el Evangelio.
Y espero, que podamos realmente decirle a los chicos de Tercero de Secundaria la bendición de llevar a cabo este proyecto para que, sepan cómo dejar también su propio legado.
No todo está perdido cuando puedes ver en el rostro de un niño su magnífica sonrisa.
ResponderEliminarHace 7 meses en el curso de Ciudad de Dios, nos asignaron a todo mi salón 4to B ir al colegio Santa Rosa de Llanavilla a enseñar el curso de matemáticas. Al principio no me gustaba la idea de ir los sábados cada dos semanas a enseñarles, principalmente porque me gusta muy poco ese curso. Me escogieron como coordinadora de primer grado y grupos anteriores de otros salones me decían que eran muy traviesos y que no sería nada fácil capturar su atención para hacer las clases. Si bien era cierto que al principio no era nada fácil hacer que me escucharan y se tranquilicen, con la ayuda de mis compañeros lo logré. Nosotros no hemos sido ni los primeros ni los últimos en reflexionar, pensar y dar posibles soluciones y concepciones sobre la educación, es por eso que siempre es conveniente y sano aprender de los demás, para darse cuenta que nosotros somos capaces de lograr lo que nos proponemos, en este caso trascender de manera especial en los niños de Llanavilla. Cada sábado que iba intentaba acercarme más a ellos, conversándoles, jugando con ellos y haciéndoles sentir seguros cuando me contaban sus cosas. A lo largo de esos días visitándolos y compartiendo con ellos me di cuenta que estaba muy equivocada al quedarme con las críticas que me decían y que simplemente tienes que hacerlos reír para que te muestren esa magnífica sonrisa que hace que te motive para hacer de tus clases las mejores. Esto ha hecho cambiar mis objetivos, la manera de ver a los más pequeños pensando de desarrollar los aspecto sociales y afectivos, a verlos como personas activas y protagonistas de su propio desarrollo, personas a las que se les escucha y se les favorece su potencial para que sean ellos los propios descubridores de su mundo. Ahora cada semana que llego todos me reciben con una sonrisa enorme. Ellos fueron mi ladrillo, sus sonrisas fueron motivo suficiente para entregarles todo de mí a través de mis clases. Gracias a eso puedo decir que todos los sábados que comparto con los pequeños, son hermosas experiencias, el hecho de que participen voluntariamente, que los motive a no distraerse y lo mejor, lo que me hizo entender como con actos de amor y de esfuerzo puedo trascender en ellos, de que por una simple clase de matemáticas, pueden sacar una enseñanza de vida, una reflexión.
Abelardo Martinez Sanchez
ResponderEliminarNo solo un colegio sino una institución de aprendizaje y amor
Cuando me entere de que tendríamos un curso llamado “Ciudad de Dios” y que mediante este haríamos un tipo apostolado pero a la par obligatorio porque teníamos que hacer bitácoras sobre eso, pues, mi primer pensamiento fue que debía cumplir con este curso que será fácil y salir bien en las notas.
Al pasar ya casi un año me di cuenta hace poco de que al comienzo iba porque era una obligación pero al pasar del tiempo ya no lo veía como una obligación sino que de verdad ayude en algo a estos niños de 2 de primaria, tal vez en su educación porque les enseñamos de una manera más didáctica matemática o tal vez también en su desarrollo como persona. Generando así que los sábados no solo me levante por la obligación o por las ganas de ir a confirmación sino que debía ir a llanavilla y que sabía que niños con más problemas que nosotros y que estarían dispuestos a escucharme estarían ahí esperándome. Esto sinceramente me llenaba de alegría que al verlos me abracen y me digan ¿porque faltaste tanto tiempo? Cosas así me motivaban a que a la otra visita vaya con más ganas aun que la anterior.
Por todo esto es que puedo decir que mi ladrillo no solo fue simplemente enseñar sino que también forjar a mejores niños que serán el futuro de nuestro país mediante el cariño, paciencia, esfuerzo y sudor puro. Así mismo no solo era un profesor más al cual le hacían caso sino como un amigo en el que puedan confiar ya que algunos me contaban sus problemas porque me interesaban cuando estaban de mal humor o tristes; yo estaba totalmente dispuestos a escucharlos y a darles consejos, eso lo sabían ellos ya que ángel me conto que su papa le había pegado alguna vez, Patrick de que tenía problemas familiares. Además influí en su pensamiento el cual era que los hombres y las mujeres separados ya que hacíamos grupos mixtos y que también cuando hay alguien nuevo no debemos discriminarla porque no sabe de qué estamos hablando ya que no estuvo presente en las clases sino que también la ayudemos y que se ponga al día.
En conclusión me gustaría decir de que no solo soy un profesor más que va por su colegio sino que trascendí y trascenderé hasta mi última visita porque di todo de mí, estuve siempre a su disposición, fui un profesor con muchos defectos por supuesto ya que no era muy paciente pero aprendí a ser más paciente con ellos, a la par aprendí a nunca rendirme, ya que podía venir cansado pero ellos siempre estaban con ganas de aprender. Por otro lado cambie un poco sus pensamientos erróneos y que aplique algunos pilares en mi clase como la interdisciplinariedad al jugar juegos en los que implicaba ejercicio tanto físico como mental, además de que experimente experiencias de ciudad de Dios como organiza actividades ya que soy una persona bastante activa que estuvo organizando algunos juegos, etc. Finalmente trabajo en comunidad, ya que siempre nos reuníamos para hacer las clases y a la par sin ella todas las visitas no hubieran salido tan bien organizadas e idóneas para los niños como usualmente salía.
Me gustaría empezar este texto con una frase de nuestro querido san Agustín que viene a ser “La educación es una tarea de amor”, si nos damos cuenta esta es una frase muy pero muy cierta, ¿Quién de nosotros no se ha sentido ignorado por un alumno en CdD? ¿Quién de nosotros no se ha puesto a pensar cómo se sentía el profesor cuando le hacíamos lo mismo en clase? ¿Ponerse en los zapatos del otro cambia tu perspectiva no? ¿Te das cuenta que lo que hace el profesor no es fácil? ¿Te has puesto a reflexionar lo mal que has hecho al ignorar a tu profesor alguna vez?
ResponderEliminarEs así como Ciudad de dios me ha dejado de enseñanza esto, ponerse en los zapatos del otro y empezar a comprenderlo, y como así Ciudad de Dios te da, tú también has tenido que, pero entonces te preguntaras ¿Qué dí de mi parte a Ciudad de Dios? ¿Cuál fue mi ladrillo en Ciudad de Dios? En mi opinión pienso que mi ladrillo de Ciudad de Dios se puede dividir en 2, el primero vendría a ser dentro de ciudad de Dios y el segundo fuera de este.
Centrándonos en el primer punto, pienso que al principio mi único objetivo era aprobar el curso, sin embargo empezó a pasar el tiempo, empecé a volver a Llanavilla y así empecé a encariñarme de cada niño, y poco a poco me di cuenta de que yo iba a Llanavilla no por una bitácora, o por cumplir, o para aprobar el curso, o para enseñarles matemáticas a esos niños; me di cuenta de que yo ya iba a ese lugar porque ya había formado una relación con alguno de esos chicos, ya ellos era nuevos amigos y como tales se merecían que su otro amigo este presente. Es por eso que puedo concluir en este primer punto que, mi ladrillo (en este caso) fue formar un vínculo de confianza y de amistad con los niños (ya que con cada uno tenía una amistada y confianza, a tal grado que me contaban alguno de sus problemas)
Por otro lado y fuera de CdD, pienso que mi ladrillo fue trascender e incentivar a los siguientes educadores (1, 2 y 3 de secundaría), ya que tengo amigos en esos grado que me preguntaban acerca de CdD, y lo único que yo llegaba a responder era: “es maravilloso, te encantara cuando te toque” (TRASCENDENCIA). De otra manera tenemos la trascendencia de este curso en otros cursos como informática (donde nos dejaron como tarea hacer una aplicación sobre ciudad de dios), matemática (nos tocaba enseñar matemáticas, este curso estaba más que presente, Gestión y Empresa (cada vez que vendíamos, nosotros decíamos que era para ayudar al proyecto de CdD) y el de español (nos enseñaron técnicas para ganar la atención del público en alguna que otra exposición) (INTERDISCIPLINARIDAD)
Para resumir, mis ladrillos fueron los de trascender e incentivar a los sucesores y el de obtener confianza con los niños.
Mi Ladrillo en CdD, Ladrillo que construye mi vida.
ResponderEliminarEste año tuve la oportunidad de ser parte de una gran comunidad que busca trascender positivamente tanto en torno a su labor como profesor como también en el modo de educar a estos alumnos. Esa comunidad es Cuarto “B”.
Mi papel o mejor dicho ladrillo dentro de esta comunidad tuvo ambas facetas que realmente hicieron que mi vida se reafirme. Pues marcaron mi vida realmente. A continuación les hablaré de estas dos fases.
La mayoría de nosotros al inicio de clases pensábamos que nuestro propósito en LLanavilla iba referido a enseñar un curso que en este caso era matemática. Y al comenzar con esta mentalidad veíamos las visitas como una obligación o como algo que te generaría una nota. Mas durante el transcurso de las clases nos fuimos dando cuenta que no íbamos solo para enseñar matemáticas; pues estos niños ya sabían sumar, restar, multiplicar, dividir y muchas otras cosas, se podría decir que lo único que hacíamos era hacerles un refuerzo de todo lo aprendido y esto n era lo que necesitaban, porque realmente necesitaban estos niños era pasar tiempo con personas que se preocupen por ellos y que los puedan ayudar en cualquier necesidad que puedan tener.
Bueno yo podría afirmar que ellos también han trascendido en mí; pues han hecho que yo desarrollé habilidades y sensaciones como la paciencia y la tolerancia al momento de estar constantemente escuchándolos y aguantando ciertas actitudes suyas; también el liderazgo y la sociabilidad como tal vez se halan dado cuenta yo no soy una persona muy sociable de hecho me cuesta mucho establecer conversación con personas que no conozco, mas en el salón de clase tuve más allá de integrarme con ellos tuve que hacer que todos ellos se integren, de manera que tuve que formar una comunidad con liderazgo y responsabilidad. De hecho en Llanavilla cambie en muchos aspectos (de modo positivo) pues deje de ser tan egoísta y de pensar solo en mí pues cada sábado que tocaba visita tenías que dejar de hacer muchas cosas por asistir, lo cual a lo largo dejó de ser un fastidio o una obligación y se convirtió en algo deseado, esperado y que te llenaba de alegría; y una vez que llegabas a dictar tu clase tenias que dejar de lado todos los problemas y enfocarte en tu propósito en este lugar que en mi opinión es educar, formar, enseñar y trascender.
Antes cuando un profesor expresaba que nos quería a todos, yo no entendía como podía quererme pues no hablo mucho con los profesores y me resulta algo complicado comprender que puedes llegar a sentir cariño por alguien con la cual no sueles hablar. Sin embargo en Llanavilla me di cuenta que esto es completamente cierto, pues yo al igual que muchos de mi comunidad, llegamos a querer a todos nuestros alumnos por mas que no hablemos mucho con todos, como es el caso de mi alumno Patrick o Ángel con los cuales no entallezco mucha conversación pero igual los quiero mucho. Y yo puedo comprobarles este amor a través de los miles de emociones, sentimientos y sensaciones que ellos hacen que tenga yo y que yo tengo con ellos, como es la preocupación que siento para saber qué estén bien, que aprendan, que se sientan bien y que sean felices. La verdad es que hasta el momento no se qué voy a hacer cuando tenga que dejar de visitar a Llanavilla.
Concluyendo podría decir que mi ladrillo fue más allá de enseñar el curso de matemáticas, fue ser parte de una comunidad que busca trascender positivamente. D e la misma manera
¿Cuál fue realmente mi ladrillo en CdD?
ResponderEliminarAl principio cuando nos explicaron cómo íbamos a realizar nuestro proyecto de Ciudad de Dios que en el caso de mis compañeros del aula fue Mi Mate, el profesor Daniel Yalta me seleccionó a mi compañera Saori y mí para enseñar algo distinto del resto, que no era un simple curso de matemática sino más bien una clase de dinámicas de juego de ingenio que se llamaba RETO que consistía en 4 momentos: Resolver, Escuchar, Trabajar y Organizar. En ese instante, al saber que fui seleccionado para dictar un curso distinto me emocione por lo que las veces que iba al colegio de Llana Villa no fue por una bitácora ni por una nota, sino fue más bien iba por los niños y por esas sensación que tenía una misión en el mundo, aunque al principio pensé que iba a enseñar estilo clase del colegio, pero me entere que al final fui un ayudante del profe como mi compañera Saori, los alumnos de quinto de secundaria y lo ex alumnos. Pero no importo porque me divertía ayudando a algunos niños a resolver los juegos también podía interactuar con ello por medio de las dinámicas que hacíamos antes de empezar la clase pude conoces más a fondo a tres niños: Carolina, Joel y el delegado del salón.
Sin embargo, a mitad del año, el profesor ya no pudo participar de Ciudad de Dios por motivos desconocidos, por lo que tuve que enseñar Mi Mate con Saori y con Ricardo que fue un nuevo miembro. Por lo que fue un gran reto hacer una clase de matemática de a tres y peor aún con el retiro de confirma tuvimos que hacer una clase de a dos. Bueno, en el transcurso de todo el año tuve muchas experiencias agradables como d que sería divertirme mediante las dinámicas y juegos, conocer a los niños a más a fondo y conocer las distintas realidades del país. También me sirvió para madurar mi forma de ser al poner en los pies de un profesor por lo que ahora aprecio más a ellos. Asimismo, me sirvió para ser más paciente porque cada vez que le enseñas a niños menores que tu edad siempre tienes que repetirles varias veces una indicación para que te puedan hacer caso.
Por lo que opino que mi ladrillo de Ciudad de Dios no fue simplemente dictar una clase sino fue trascender a los alumnos como ellos trascendieron en mí. Un ejemplo de ello, sería que un niño no quería realizar al principio los juegos de ingenio porque él pensaba que le íbamos a enseñar una simple clase de matemática pero cuando se enteró que íbamos a jugar juegos de ingenio, cambio totalmente y empezó a participar más. Asimismo, los niños como Joel y Carolina cuando tuve la oportunidad de trabajar con ellos, pude apreciar en ellos trabajaban en comunidad porque se turnaban y cuando tenían una duda yo les explicaba más a fondo para que pudieran resolverlo, pero lo más importante no fue ello sino que al conversar con ambos sobre el niño que no quería participar al principio me contaron que él en los recreos mientras que todos jugaban fútbol él se quedaba en el salón; también pude notar que al él no lo recogían de la escuela, por eso pude comprender más a ese niño porque nosotros tanto los ex alumnos como yo cuando conversamos con él por su actitud y no nos hacía caso, éramos pacientes; hasta que luego por su propia voluntad decidió trabajar y participar como los demás niños.
Ese fue mi ladrillo en Ciudad de Dios trascender a los alumnos de quinto y sexto grado de primaria como ellos trascendieron en mí. Por lo que en el transcurso del año, esos niños me alegraron cada sábado que tenía la oportunidad de ir, simplemente con dictar unas horas una clase de RETO o Mi Mate.
Carlos Godoy
A comienzos del año pensé “Ay pucha! Que fastidio, este año me toca Cuidad de Dios” porque previamente me habían contado de que el curso era un poco pesado y también que a nadie en la faz de la tierra le gusta perder su tarde del sábado en actividades del colegio. Y para ser sinceros detesto las actividades extras ya que soy muy mala en organización y todo eso. Así le tome el lado bueno a las cosas y me dije “será un curso fácil” pero no, no lo es y se los puedo asegurar a tal punto de decírselo a los demás porque es muy difícil que no te involucres con los niños puesto que son las cositas más tiernas del mundo y te tratan como si te conocieran de toda la vida y de pronto te haces la pregunta más idiota de todas “¿Por qué son así de buenos conmigo si saben que vengo por un curso?” Y comprendí que a ellos no les importa que tu estés con ellos aunque sea un solo ratito, lo que les importa es despejarse de lo que tienen a su alrededor ya que tienen tantos problemas, que son incontables para ellos que son unos niños que no tuvieron la culpa de nada. Al mismo tiempo comprendí que ellos no toman, en sí, esto como un curso que se les da sino como un tiempo para divertirse con amigos y pasarla bien. Personalmente, considero que ellos fueron conmigo unos verdaderos amigos en comunidad y no yo con ellos porque me tuvieron la confianza necesaria con una simple extraña y al mismo tiempo, fueron unos solidarios con la sociedad agustina al permitirnos entrar en sus vidas y relacionarnos con ellos con tanta facilidad y fraternidad.
ResponderEliminarJessica Cerda
Mi ladrillo este año en Ciudad de Dios fue liderar con amor, cariño y respeto. En muchos colegios de Lima, de cualquier provincia, o ya sea de cualquier parte del mundo, hay muchos profesores que exigen de mal carácter a sus alumnos a cumplir con tareas, o estudiar, o etc de cosas. Sin embargo, nunca se percatan de que ellos responderán bien al profesor, con una gran actitud positiva si es que se les trata con buen carácter, enseñandoles con amor, cariño y respeto. En mi caso, este año a mi y a mi grupo nos tocó liderar y enseñar matemáticas a un grupo de chicos de segundo grado de primaria. Al principio, les enseñaba normal, sin odio ni amor, pero con el paso del tiempo, me fui dando cuenta de las cosas. Me di cuenta de que enseñando con estos aspectos, podría ganarme amistades grandes y confianza de personas que tengan algunos problemas. Por ejemplo, el caso que tuve con el niño Ángel. La mayoría de veces, se portaba mal, no hacía caso a las indicaciones que le dábamos, y siempre tenía cualidades agresivas en contra de sus compañeros, y de nosotros, los líderes o profesores. Sin embargo, me di cuenta de que ya era hora de que alguien hable con ese niño. Mis amigos lo intentaron, pero me di cuenta de que Ángel seguía con las mismas malas cualidades, hasta que decidí animarme a hablar con él. Al principio pensaba lo peor, que no me iba a hacer caso, y empeoraba la situación. Sin embargo, hablé con el y seguía con sus cualidades agresivas hasta conmigo, pero me di cuenta de que es niño y que hay que educarlo con cariño. Pensaba que era imposible hablar con él, pero lo logré. Me di cuenta de los problemas que tenía, así que lo aconsejé y le dije algunas palabras que influyeron mucho en él. Después de eso, dejó de lado un poco sus cualidades agresivas, y empezó a hacer caso a las indicaciones. Este es un claro ejemplo de que siempre hay que mezclar algún tipo de enseñanza con amor, cariño y respeto, ya que sin estas cualidades, jamás se podrá ganar la confianza ni amistad de personas que sean difíciles de aclarar las cosas. Siempre hay que tener en cuenta estas cualidades, ya que con ellas, jamás habrá pierde.
ResponderEliminarDiego Moreno Roca.
Aprender a valorar
ResponderEliminarHace aproximadamente 8 meses empezamos con nuestro proyecto de Ciudad de Dios, este se trataba de ir al Colegio Santa Rosa de Llanavilla a darles clases de matemática a niños de 7 años, la verdad que al principio yo no me sentía augusta por el único motivo que no me gustan estar rodeada de niños muy pequeños, pero con el paso del tiempo me iba acostumbrando y les iba dando cariño a ellos.
Por esto puedo decir que mi ladrillo de Ciudad de Dios aparte de ir a enseñarles matemática fue tenerles comprensión porque lo único que ellos quieren es cariño y que alguien les ponga atención ya que posiblemente tengan problemas en sus casas, además de eso ya no era una rutina que vengan y me abracen sino que sentías que lo hacían con amor más que todo era un sentimiento que ellos estaban identificando, otro ladrillo fue la experiencia de nosotros hacia ellos y de ellos hacia nosotros porque desde mi punto de vista a mí no me bastaba ir a darles clases y luego irme sino que iba más allá de eso, para que cuando les preguntaran ¿y quiénes eran ellos? ¿Qué hacían? No solo respondan tuvimos clases de matemática sino que digan me divertí mucho aparte de las clases también eran personas que te ayudaban, te sabían escuchar, te comprendían, etc. Por otro lado ellos también dejaron una experiencia en nosotros ya que hay historias en cada uno de los niños que te pueden marcar en tu vida, hacerte razonar para que no cometas el mismo error, algo que me acuerdo fue que un niño me dijo que a nosotros nos quería como sus hermanos mayores ya que el había perdido a su hermano mayor en un accidente y eso marcaba en mí el valor que le tienes que dar a tus hermanos porque posiblemente hay personas en este mundo que necesitan de ellas.
Anaís Exebio
4ºB
BITACORA N° 1
ResponderEliminar¿Cuál fue mi ladrillo en Ciudad de Dios este año?
Inicio este relato con mis experiencias vividas, que constituyeron mi aporte de un granito de arena a la Ciudad de Dios, que hoy llamaré con fuerza, mi ladrillo en la Ciudad de Dios. Cuando escribo y recuerdo todas mis participaciones en las visitas a nuestros hermanos menores del colegio de Llanavilla, me late el corazón a cien por hora; en especial recuerdo con mucho cariño el 13 de setiembre pasado, que esperé con muchas ganas para poner en práctica lo planeado y aportar lo que se me había ocurrido sobre el aprendizaje de los niños, pues durante las visitas percibí que tenía que innovar algo en su beneficio, lo que compartí feliz con mi grupo de compañeros y puse en práctica como lo expreso líneas más adelante, pues al término los resultados fueron positivos.
Conocerse, aceptarse y superarse. Cuando iniciamos las visitas a nuestros amigos de Llanavilla, me sentí como si no supiera que hacer, me pregunte: ¿Para qué estoy en este lugar, en qué podría apoyar?, y observé las dificultades que tenían los niños para resolver operaciones matemáticas simples, en tanto adecuadas a su edad. Así, me fijé la meta de lograr la superación de Piero, mi amigo de siete años, en quién volqué mi afecto y dedicación en explicarle cómo tenía que resolver sus operaciones matemáticas. Me sentí muy bien pues paulatinamente me dejaba entender en mi nuevo papel de profesor, experiencia que antes no había tenido. Me dije, debo dar más de mí y comprendí que tenía un ladrillo que aportar.
Se compromete y esfuerza. Mi propuesta y acción, además de darme satisfacción hizo que me involucre plenamente con mi proyecto y propuesta en favor de nuestros niños amigos. Esta experiencia nueva y la felicidad que se tiene cuando te sientes útil, sobre todo con niños que tienen limitaciones, me hizo reflexionar y comprometer de corazón para seguir haciendo el bien, trascendiendo la eventualidad del trabajo aplicativo de la asignatura. Es bueno que además de cumplir nuestro trabajo para tener una evaluación, éste persista más allá de la tarea escolar y se proyecte socialmente como hijos de Dios; lo que constituye un esfuerzo de vida adicional que cumpliré en lo sucesivo, no solo con niños como los de Llanavilla, sino con quién lo necesite, pues todos debemos ser solidarios con el prójimo. De mi parte, ¡si puedo!
Organiza actividades. Tuve la iniciativa de preparar material para llevar, consistiendo en sumas y restas ilustradas con dibujos en cartulinas de color, y golosinas como estímulo para enseñar. Cuando no lograba inmediatamente buen resultado, insistía hasta que aprendan y luego premiaba, mejorando su autoestima; lo que también hacía feliz a mis compañeros. Esta iniciativa fue recibida y practicada por mi grupo de compañeros de estudios, siendo los resultados buenos y yo me sentí ser mejor persona. ¡Qué bien se siente cuando das todo lo que tienes apretado en el corazón!
Siente con la iglesia y el mundo. La misión que Dios nos da a cada uno de nosotros es compartir con el prójimo, ayudar a quién necesita, llevar una palabra, una caricia, no importa como sea el apoyo, lo importante es compartir, es dar más de lo que uno puede, es disfrutar haciéndolo, es hacer sentir bien al otro. Todos en este mundo tenemos una obligación moral y espiritual de compartir y seguir la palabra de Dios. Piero es aún niño, pero seguro seguiremos siendo amigos por siempre.
Termino esta experiencia gritando desde el fondo de mi corazón, para futuros lectores de esta bitácora: Desde dónde estemos, no nos quedemos mirando sin hacer nada, sin aportar, porque cada uno de nosotros tenemos mucho por hacer; ¡no importa qué! Recuerda: ¡Lo que hagas con amor y haga feliz al prójimo te hará más feliz a ti y mucho más a Dios!
Marcelo Sánchez Sierra Sánchez
4° Sec “B”
No se cuelgan 4 fotografias porque el blog no acepta
Cuando nos avisaron sobre el proyecto de CdD, la verdad es que no estaba emocionada, ya que no me gustan mucho las matemáticas. Luego de avisarnos el tema, me dijeron que iba a ser coordinadora y tampoco me emocionó la noticia pero lo asumi ya que no era algo individual, iba a ser por la comunidad de 4to B. Mientras que visitabamos a los chicos en Llanavilla, mi opinion iba cambiando, ya no lo veia como ir a dar clases y punto, sino que lo veia como ir a dar las clases e ir aprendiendo mutuamente con los niños. Esto lo pude reflejar en una visita, en la cual había un niño, llamado Piero que al principio no quería participar en la actividad y me hizo corretearlo por todo el lugar hasta atraparlo, cuando finalmente lo hice, me puse a hablar con el y me contó su "historia" y yo le conté la mía, nos conocimos mutuamente y siento que momentos como este son los que nunca se olvidan.
ResponderEliminarAdemás de encariñarme con los niños y enseñarles cosas académicas como de valores,tuve un reto con mi salón. Al serla coordinadora, tengo un peso ya que represento a mi salón en el proyecto. Esto no fue fácil, admito que hubieron veces en las cuales ya no quería ser coordinadora pero hablando con mi tutor, me ayudo a no renunciar y seguir hasta el final de año. Siento que este trabajo además de ayudarme a interactuar con todo el salón ya que teníamos que organizar varias cosas, también me ayudó con los niños ya que mientras que les tomaba la lista, hablaba un poco con ellos, era una oportunidad para saber un poco más de ellos.
Este proyecto me ha enseñado varias cosas que se que en un futuro me van a ser muy útiles, he podido mejorar como persona y esto fue gracias a los niños que nos reciben con una sonrisa cada vez que vamos. Proyectos como este son de los que no se olvidan y quedan grabados en uno para siempre. Mi ladrillo fue trascender en los niños como ellos trascendieron en mi, pude lograrlo con dos o tres niños y la verdad es que no me quejo ya que esas experiencias fueron únicas y gracias a este proyecto pude conocerlas y aprovecharlas. Por otro lado, pude conocer la otra realidad que no estamos acostumbrados a ver y ver que las personas no necesitan de lo material para ser felices, necesitan cariño, amor para realmente ser felices ya que eso no es algo pasajero.
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ResponderEliminarA lo largo del año creo que mi ladrillo ha sido hacer reflexionar a los niños de Llanavilla, para así saber si están haciendo bien las cosas ya que cuando iba a enseñar me podía dar cuenta que los niños al principio no les importaba al igual que todos mis compañeros incluyéndome, creo que a ambos (alumno y profesor) al principio estas clases todos los sábados era solo ir y dar la clase e irnos y no saber más del tema, pero poco a poco nos íbamos dando cuenta que era todo lo contrario, consistía en enseñar con amor y que ellos aprendan participando o dando sus prácticas bien hechas. Una de las experiencias que recuerdo que puedan afirman que este es mi ladrillo fue cuando en plena clase una niña se me acerco y me dijo me puedes copiar lo que está en la pizarra en mi cuaderno y me quede sorprendida porque no puede ser posible que le diga a su profesora que le copie porque esa es la responsabilidad del alumno es por eso que mi respuesta fue no y creo fue justa porque si accedía a escribirle todo, ella no iba aprender nada porque un método de entender es también escribiendo lo explicado, tras lo ocurrido hable con ella después que haya copiado le dije ¿crees que lo que me has preguntado está bien? Y ella me dijo si, en ese momento supe que iba hacer difícil comprendernos pero no imposible, después que me digiera eso le respondí tú crees que está bien pero en realidad está mal lo que has hecho ya que esa responsabilidad no es mía sino es tuya mira como todos tus compañeros copian lo que está en la pizarra, ellos se preocupan, creo que tu deberías hacer lo mismo, tus padres se preocupan para que puedas tener una buena educación y lo peor que puedes hacer es no hacer nada y venir a clases solo para oír y calentar el asiento. Creo que en ese momento fui muy dura con ella pero sabía que estas palabras la iban hacer reflexionar y después de lo hablado iba a ser mejor persona atendiendo las clases y participando, todo tenía una razón, no por la puras le iba hablar así. Dicho y hecho después de hablarle de esa manera empezó a preocuparse más por las clases ahora preguntaba, esa satisfacción de tus alumnos aprenden se siente muy bien ya que te dan a ti como profesor más ánimos para seguir enseñando, eso me hace sentir bien y creo que a los demás también ya que la próxima clase puedes ir y preguntar sobre el tema anterior y ellos ya saben, eso te inspira más. Finalmente puedo decir que si tuve un ladrillo a lo largo del año hacer reflexionar a los niños de Llanavilla, deje una huella en la vida de Isabela y creo que eso nunca se lo olvidará y yo tampoco.
ResponderEliminarPsdt:
Piero mi comentario estaba publicado en otro blog
http://www.cddcuartob.blogspot.com/2014/09/la-discriminacion-en-el-peru.html#comment-form
recien me di cuenta.
¿Cuál fue mi ladrillo en CdD este año? Cuando me preguntan esta pregunta me da gusto responderla, ya que el proyecto ciudad de Dios es más que realizar bitácoras, más que una nota, para mí particularmente es realizar un bien social, enseñar a esos pequeños que aún no conocen el mundo real y nosotros los jóvenes agustinos somos los encargados de realizar diferentes tipos de clases pero no cualquier tipo si no hacer esas clases sean divertidas, que los niños se sientan felices con las cosas que tratamos de enseñarles, por un lado en nuestro colegio nos han enseñado los pilares agustinos que son la base a nuestra educación y de esa manera nosotros debemos usar esas cosas como haciendo referencia a los agustinos que somos, como primer pilar está el de trascendencia que es la base de nuestra pregunta principal pero quisiera explicarles un poco de esto, a lo largo de nuestro año mi ladrillo se relaciona con la trascendencia porque de una manera u otra los niños aprenden las cosas que les enseño, deseo fomentar una idea de estudio constante pero que no sea aburrido sino interactivas, con actividades, juegos, etc. Realmente puedo afirmar que durante las últimas visitas a Llanavilla pude entender muy bien en lo que sería mi ladrillo, que eso se basaba en poder darles buena educación a los niños, interaccionar con ellos, ayudarlos en sus problemas, unirlos más como salón o como grado, enseñarles también el verdadero significado de la amistad, que aunque estén muy pequeños es mejor prepararlos antes que después, ya que luego se vendría con consecuencias. Por mí persona me caracterizo como una persona divertida, sincera, leal, pero en lo largo de este año las cosas que les explicaba a los niños, eran cosas que en algún futuro ellos podrían pensar que yo tenía buenas intenciones en explicarles diferentes temas que hayamos hablado. Como segundo pilar está el trabajo en comunidad, sin mis compañeros no hubiese logrado cumplir mi ladrillo propuesto desde un inicio del año escolar, esto es muy importante para mí, mi comunidad me ha apoyado siempre incondicionalmente, por los muchos problemas que se nos hayan presentado en el camino con los niños, supimos como pasarlos y seguir hacia delante ese era nuestro objetivo como comunidad. Tercer pilar agustino interdisciplinaridad, esto se debe a que usamos más de dos áreas de estudios y lo hemos aplicado dentro de nuestro proyecto agustino, pero continuando con eso siempre usamos otros áreas con el uso adecuado en cuanto los temas que utilizamos, de esta manera les sirve a los niños poder conocerse mucho más y expresarse con nosotros.
ResponderEliminarFinalmente, creo por mí parte que el proyecto ciudad de dios más ha trascendido a mí que en los niños, ya que nunca había pensado en hacer estos tipos de cosas, pero al conocer bien a los niños, te dan ganas de nunca irte, te hacen sentir especiales cuando estas a su lado, apoyándolo en todo momento, eso fue mi ladrido en CdD.
Profesro Piero disculpeme la tardanza sino que no encontraba el link del blog grupal ese fue el motivo, disculpe. Adrian Campos
EliminarAl comienzo de este año 2014, nos indicaron que mi salón cuarto “B” de secundaria le toco enseñar a los alumnos del colegio de Llanavilla el curso de matemática y nos separaron por grupos, a mí me toco enseñar a los alumnos de cuarto de primaria.
ResponderEliminarCuando fuimos por primera vez, siendo sincero solo fue por compromiso a mi grupo, para hacer mi bitácora, tener nota y perder el tiempo; aunque suena feo decirlo es la verdad. Sin embargo, a lo largo de las visitas al colegio de Llanavilla, comencé a sentir una sensación de ir no solo por compromiso, sino que ahora iba porque sentía que enseñar a los niños de Llanavilla, me enseñaba a ser más disciplinado en mis cosas y en ser más pacientes, ya que los niños no son muy tranquilos, uno de esos niños fue Carlitos, que me fui encariñando con él, ya que como es muy inquieto, tuve que estar siempre a su costado y como que al interactuar con él me di cuenta de que era muy inteligente, pero su problema es que es muy inquieto, algo parecido a mí ya que también soy muy inquieto.
Así mismo puedo decir que el curso de Cuidad de Dios, me ha ayudado a crecer como, persona y también como alumno ya que al momento de enseñar, me pongo el labor de profesor y puedo sentir lo que sienten cuando los alumnos no le hacen caso
Aprender a distinguir lo que realmente importa
ResponderEliminarEn ciudad de Dios aprendí el gran valor que tiene a amistad para los niños ya que cuando iba y hacíamos dinámicas yo sabia que tenia que enseñarle algo a los niños que no seria específicamente las matemáticas, sino que debía ayudarlos a que pasen un buen momento, por lo menos en ese día me olvidaba de todas las tareas para poder darle un espacio a los niños de Llanavilla donde ellos me enseñaron a valorar a mis amigos con sus actos tan humildes en las clases y en sus descansos ya que ellos eran muy juguetones teníamos que sacarlos para que puedan divertirse y estar mas tranquilos para prestar atención a la clase.
En una de las visitas, los niños estaban muy inquietos por lo que teníamos que sacarlos al recreo, en ese momento comenzaron a jugar con la arena y recuerdo que uno le hecho arena a su compañero y este se enojo por lo que ya no quería jugar con el y bueno yo fui a su lado a preguntarle como se sentía y el me dijo que un poco triste ya que le gusta jugar con sus amigos y yo le respondí que no se preocupara ya que su amigo se disculparía y que volverían a jugar normal entre ellos aunque la verdad no lo crea ya que muchos niños se resienten y se olvidan de lo que hacen pero después de un rato su compañero volvió para disculparse por lo que había pasado y bueno me lleve una agradable sorpresa al saber que a estos niños no les importan las peleas que pasen sino las disculpas que se den y sigan siendo amigos esto me ayudo a comprender lo valioso que es un amigo y lo importante que es saber cuidarlo y valorarlo por eso siento que estos niños me enseñaron y yo tambien pude enseñarles a ellos con la ayuda del programa mi mate que no solo me sirvió para enseñarles sino tambien para conocerlos y comprenderles a la hora de participar o saber el por que alguno son mas tímidos o por que otros son mas traviesos y es algo que tambien valoran estos chicos ya que así comprobamos que nos interesamos por ellos y que son importantes para nosotros y para el proyecto de Ciudad de Dios.
Alex Mendoza
Al empezar con toda esta nueva experiencia de Ciudad de Dios pensaba que iba a ir a hacer tiempo en Llanavilla para después ganarme una nota de bitácora en CDD pero con cada visita me iba encariñando cada vez más con mi primer salón en donde enseñada a niños de tercer grado de primaria. Desde ahí me hice muy amigo de dos niños con los que trataba muy bien y aprendíamos jugando juntos y desde ese día mi intención nunca fue ir a enseñar conjuntos numéricos o ecuaciones, porque cuando todo esto acabe ellos nunca nos recordarían pensando:"¡WOW! que divertido 5x12 es 60 ¡INCREIBLE!". Sino yo quería que me recordaran como un amigo con los pasamos divertidos momentos no solo enseñando matemáticas sino también tratando de ayudarlos más allá de sus problemas académicos. Por ejemplo había un chico en la clase que no hablaba con nadie y se quedaba un poco aislado y yo me acerque a hablarle y después se sintió mejor y para la semana siguiente lo vi hablando con sus amigos del salón; Y también cuando el bus ya me estaba dejando y un chico no paraba de abrazarme para hacer que me quede un rato más. Creo que ese fue mi ladrillo en Ciudad De Dios.
ResponderEliminarDesde lo que pude entender, mi ladrillo en CdD fue poder enseñar y dar momentos felices a los niños de Llanavilla. Creo que, no solo para mi, sino, para todos no nos tomábamos en serio, al principio, las visitas porque significaba que perderíamos tiempo de nuestros sábados donde podríamos estar utilizando ese tiempo para descansar de las responsabilidades de la semana. Pero con el tiempo, muchos de nosotros empezábamos a hacer amistades con los niños y poco a poco nuestros deseos de ir a Llanavilla fueron más intensos. Puede notar también que al ponerme yo como profesor de matemática me hacia acordar a nuestros profesores que a veces los hacemos desesperar cuando no prestamos atencion, debido a que los niños de 1° grado eran muy revoltosos, sobre todo con los niños Johan y Piero que siempre buscaban pelearse como juego, así que aprendí a valorar la paciencia de los profesores. Espero haber dejado al menos una pisca de trascendencia en ese colegio, y que los niños que me conocieron me recuerden, no solo por ser profesor de matemática de los sábados, sino como alguien que siempre quiera apoyarlos.
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